miércoles, 31 de diciembre de 2008

Un hombre extrañado [2ª parte]

(vease un hombre extrañado 1ª parte)

Desde que nació tuvo una cosa muy clara, que todas sus relaciones serian con una pata, y eso le preocupaba, sabia que tendría muchisimas rampas y que seguramente acabaría cojeando. Por eso se desvinculó velozmente de la granja hasta que llegó a la ciudad, compró un periódico y en la sección de anuncios vió uno que ponía:
-Se precisa pato astuto para anuncios (y que pueda hacer compañia en cenas de Navidad)
Él pensó: -Esta es la mía!!
Y fué a la entrevista. En la cola había algún que otro pato más, pero todos estaban muy gordos, y no hablaban, misteriosamente tenían todos la misma cara y la misma postura. Lo que no sabía nuestro amigo Duck, es que eran ¡flotadores!
Llegó su turno, y esos hombres sin corazón ni forma ninguna, no se dignaron ni a decirle buenos días, le dieron un gorro de aviador y lo tirarón al water, lo rociaron con un líquido viscoso de color azul y soltaron toda el agua de la cisterna.
Rodeado de cámaras, Duck, empezó a temer por su vida, pero fue en ese mismo momento cuando su instinto de granja salió a la luz, y agarró uno de sus compañeros de casting, se montó encima y pudo escapar de esa gran ola de agua que amenazaba su vida.
Todos los presentes quedaron fascinados con Duck. Peró les pegó una patada en los huevos y se marchó, mientras una voz femenina decía:
-Hablamos de las cenas de Navidad...

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